Nos estamos acostumbrado…
A medida que llegan nuevos problemas en esta dinámica tan absurda que estamos viviendo, buscamos la manera de resolverlos, pero de forma equivocada, es decir, solo ponemos pañitos calientes y ya, sin detenernos a pensar en el daño que provocaría a futuro y las secuelas que dejaría. Hoy me voy a referir a la alimentación del Venezolano. Estamos viviendo una de las peores crisis que jamás a visto nuestro país y uno de los problemas más frecuentes, sin desmeritar los otros, que por demás está decir, son muchos e igualmente graves, es el asunto de los alimentos. A diario vemos largas colas en los supermercados, abastos, bodegas y establecimiento, filas interminables para “tratar” de comprar (2) productos regulados por persona, con la esperanza que al llegar tu turno, los pocos productos no se hallan agotado. Esta situación la vivimos a diario, en cualquier establecimiento, ya no es tan solo en Mercal como hace algún tiempo atrás, sino en cualquier lugar en donde se venda algo para comer, lo peor de todo es que “Nos estamos acostumbrando”. Es increíble saber que en épocas anteriores, en mis años de estudiante por mencionar una que recuerde, cualquier problema que perturbara al Venezolano, por muy pequeño, generaba un estallido en la ciudadanía, se paraban tránsitos, se trancaban calles, se cerraban colegios y no se detenían los protestantes hasta ver resuelto sus inconvenientes o por lo menos, irse con la promesa de ello. Hoy la situación a cambiado, nos vemos sumisos, deprimidos, autómatas y resignados. Los alimentos no se consiguen y los pocos que se encuentren, se obtienen a precios exagerados, mi pueblo esta desesperado, hambriento, triste y lo peor es que no pasa nada. No es un secreto que algunos han salido a exigir sus derechos, otros han intentado hacerse escuchar, pero como dice el dicho “un solo árbol no hace montañas”. Mi alma se quiebra cuando voy a un establecimiento y por alguna razón “imbécil” la cajera se le ocurre prohibirme comprar mas de dos (2) unidades de un producto que no esta regulado, cuando me indigno y lo reclamo, los de la fila miran a otro lado como preguntadose ¿que le pasa a este loco?, es decir, no esta pasando nada y es normal que no puedas comprar lo que desees con tu dinero, volvemos a la frase “nos estamos acostumbrando”. No quiero con mis palabras incitar a nadie a rebelarse, lejos de la realidad, pero si quiero alzar mi voz y hacerles saber que NO ES NORMAL, no nos merecemos lo que estamos padeciendo en Venezuela y quiero decirles también, que no podemos seguir esperando un milagro o un mesías como “Chavez” para que resuelva nuestros problemas, somos nosotros los que tenemos el poder, dejemos de ser pasivos y actuemos, accionemos para que generemos una reacción, ya basta de tanto atropello, de tanto descaro, de tanto maltrato. Vemos lo que pasa con la asamblea y no hacemos nada, esperando que los políticos y los diputados resuelvan todo, sin detenernos a pensar que muchos somos culpables tanto por acción como por omisión. Es hora de salir de este letardo y convertirnos en actores de nuestro destino, si queremos que las cosas sean diferentes, debemos hacer cosas distintas. Es hora de levantar nuestra voz y exigir nuestros derechos, es hora de entender que somos soberanos y que todos los funcionarios públicos, desde el presidente hasta el último, son nuestros empleados, nuestros subordinados, no somos nosotros los esclavos o ¿ya aceptamos también que esto es definitivamente una dictadura?. La pelea no termina hasta que termina, así que dejemos a un lado la depresión, los reclamos, las quejas y comencemos a resolver nuestros problemas, accionemos, seamos generadores del cambio, toda crisis es el motor de un cambio y este puede ser positivo o negativo, todo depende de nosotros…